martes, 10 de noviembre de 2015

Duro Corazón.

Antes de continuar con nuestro estudio del libro de Josué, quería compartir algo que me parece de suma importancia y que comprendí durante la semana pasada (obviamente leyendo la Biblia). ¿No han sentido nunca que creen en Dios, pero desesperan ante la idea de tener que esperar en Él? ¿No han sentido que a pesar de orar fervorosamente y dedicarle tiempo a la Biblia, algo les dice en su interior que no va a pasar absolutamente NADA?  ¿No se encuentran a veces decepcionados de no poder tener "fe", de no poder creerle a Dios con todo?

Bueno les tengo la explicación. Estuve leyendo el evangelio de Marcos, éste al parecer es más antiguo que el de Mateo y que la investigación que realiza Lucas sobre los hechos de todo lo que ocurrió con la vida, muerte y resurrección de Jesús. Y me llamó la atención unas declaraciones sobre cuando se puede creer y cuando no. Voy a ponerlos en contexto para explicarme mejor. Hay dos ocasiones en la vida de Jesús en las que Él, el Hijo de Dios todo poderoso, alimenta a más de 4 mil personas con tan sólo unos cuantos panes y unos pececillos. (Marcos 6:30 y Marcos 8:1). A veces, yo por lo menos, estos versículos los leo rápido porque no me gusta leer cosas que pudieran minar mi supuesta fe. Seamos sinceros, yo creo que pocos nos creemos esos versículos.  Una parte de ti te dice que sí es posible porque pues Dios es Dios y punto; pero otra parte de ti por más que busca explicaciones "científicas" o "lógicas" no las encuentra y terminas diciendo: "Bueno seguro es figurado, o comieron y creyeron que se saciaron, o yo qué sé".  Los había leído varias veces, incluso los versículos que les siguen, pero asombrosamente la semana pasada, -gracias a Dios- lo comprendí mejor, releyendo unas declaraciones que hace Jesús sobre estos acontecimientos. Para entrar en contexto empezamos con el versículo siguiente:

Jesús anda sobre el mar (Mateo. 14.22-27; Juan. 6.15-21; Marcos 6:45-52) 45 En seguida hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a Betsaida, en la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. 46 Y después que los hubo despedido, se fue al monte a orar; 47 y al venir la noche, la barca estaba en medio del mar, y él solo en tierra. 48 Y viéndoles remar con gran fatiga, porque el viento les era contrario, cerca de la cuarta vigilia de la noche vino a ellos andando sobre el mar, y quería adelantárseles. 49 Viéndole ellos andar sobre el mar, pensaron que era un fantasma, y gritaron; 50 porque todos le veían, y se turbaron. Pero en seguida habló con ellos, y les dijo:  !!Tened ánimo; yo soy, no temáis!51 Y subió a ellos en la barca, y se calmó el viento; y ellos se asombraron en gran manera, y se maravillaban.52 Porque aún no habían entendido lo de los panes, por cuanto estaban endurecidos sus corazones.

Este es otro de los versículos que siempre me sacará de onda, sin embargo es incluso más "creíble" que los de los peces. Existen muchas teorías de que con ciertas sustancias se puede crear una tensión superficial bastante resistente como para soportar todo un cuerpo humano, además si corres lo suficientemente rápido tu peso sobre este material no cuenta con el tiempo suficiente para romperlo y caer al agua. Pero ese no es el punto, no porque algo suceda y no podamos explicarlo quiere decir que es falso. Y mucho menos tratándose de las cosas de Dios. Todo lo que está escrito ahí es verdad, no hay figuraciones, excepto cuando él mismo dice "esto es una parábola" todo lo demás PASÓ TAL CUAL, así que sí, alimentó a 4 mil y alimentó a 5 mil multiplicando esos panes y esos peces,  tengamos o no tengamos una explicación a ello. Lo que me llamó la atención es lo que dice Marcos al final de ese relato:

51 Y subió a ellos en la barca, y se calmó el viento; y ellos se asombraron en gran manera, y se maravillaban. 52 Porque aún no habían entendido lo de los panes, por cuanto estaban endurecidos sus corazones.

 Porque aún no habían entendido lo de los panes, por cuanto estaban endurecidos sus corazones...Bueno creo que me estaba hablando directo a mí con esa frase, pues hasta ese punto seguía sin entender lo de los panes, la subrayé y seguí leyendo Marcos. Esa frase no se iba. De repente: (Marcos 8:14-21)

14 Habían olvidado de traer pan, y no tenían sino un pan consigo en la barca.
15 Y él les mandó, diciendo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos, y de la levadura de Herodes.
16 Y discutían entre sí, diciendo: Es porque no trajimos pan.
17 Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Qué discutís, porque no tenéis pan? ¿No entendéis ni comprendéis? ¿Aún tenéis endurecido vuestro corazón? 18 ¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no oís? ¿Y no recordáis? 19 Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas cestas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Doce.
20 Y cuando los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Siete.
21 Y les dijo: ¿Cómo aún no entendéis?


PUUUM! Digo, Marcos podría haberse equivocado, él pudo haberlo dicho poéticamente o lo que sea, pero Jesús no. Jesús está reafirmando que tienen duro el corazón y que es por eso que no pueden creer al 100% incluso aunque ellos mismos vieron el milagro! Ellos vieron con sus propios ojos como no sólo se multiplicaron esos panes y esos peces, sino que hasta les sobró! ¿Cómo pues podían seguir dudando? Pues así. No se trata de lo que vemos o no vemos, se trata de lo que hay en nuestro corazón. Incluso todos esos ciegos que él sanó son ejemplos de esto: ELLOS NUNCA LO VIERON SANAR A NADIE (porque pues, eran ciegos), pero su corazón les decía que era posible. E iban, se inclinaban ante Él y le pedían misericordia. Decidieron escucharlo y probar, ablandaron su corazón y dejaron de ponerle trabas y buscarle explicaciones a aquello que muy dentro sabían que era real y verdadero. También muy dentro de nosotros sabemos que es verdadero y real:  Dios es Todopoderoso. Así como Jesús les preguntó a sus discípulos: "¿Qué no se acuerdan cuando multipliqué los panes? ¿Qué no se acuerdan cuando caminé sobre el agua?" Así debemos decirnos a nosotros: "¿Qué no te acuerdas cuándo Jesús cambió tu vida?, ¿Qué no te acuerdas acaso lo que hizo por ti?" (darte un trabajo, o una pareja o cambiar a tus padres o lo que sea que haya hecho por ti, en tu vida, algo que realmente sabes que fue un milagro). Si pudo hacer eso puede hacer lo que sea!! Hoy, mañana y siempre.


Así que, ya sabemos el diagnóstico: tenemos duro el corazón. "Bueno pero yo no sé como ablandármelo". Pues no, sólo Dios puede, así que ya sabemos que pedir en oración de ahora en adelante: Rompe este duro corazón.

Recordé además este poema que escribí hace muchos años, me parece que Alguien quería decirme algo ;)

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